Luis Sabor ha basado toda su vida adulta en la sencilla filosofía de seguir al Espíritu con buena intención. Una vida rica en experiencia en música, arte y viajes, respaldada por una carrera en la industria de servicios. Evitando toda religión organizada y eligiendo conscientemente la vida de un asalariado estadounidense promedio, Luis, sin embargo, encontraba habitualmente un santuario en la meditación, y alrededor de 1989 experimentó un breve pero infinito Evento de Conciencia Pura. Posteriormente, Luis regresó al mundo del deseo y la ilusión, pero con una nueva comprensión. Pronto se dio cuenta de que el budismo, que no necesita ser considerado una religión, se basa en este mismo entendimiento.

Como Buda, Luis experimentó la alegría y el sufrimiento del matrimonio y la paternidad. A diferencia del Buda, dejó esto atrás con gran desgana, y con el dolor de la separación llegó una mayor comprensión del apego. Viajando durante meses por Centroamérica, fue en 2012 cuando Luis se enamoró por primera vez de San Juan del Sur, Nicaragua. Entonces, cuando produjo el documental sobre la creación de su realidad "Un Sitio Para Sentarse", Nicaragua fue una elección de ubicación obvia. Durante el segmento en Isla Ometepe con el Proyecto Bona Fide, Luis se inspiró para crear un proyecto similar más cerca de San Juan del Sur. Pasó un tiempo y se encontró el terreno en Escamequita que eventualmente se convertiría en el sitio del Centro Educativo Suelo Sano.